Buenas tardes, por motivos ajenos a este "junta letras" esta bitácora no ha estado todo lo actualizada que nos gustaría en los últimos días... vamos al lío Pizarro!
Hoy por petición expresa de mi fiel observador y municionista, os traigo un pequeño articulo sobre un "problema" que normalmente ocupa gran tiempo en nuestras tertulias intimas, y estoy seguro que en las de todos vosotros también.
Este "problema" -lo entrecomillo ya que para mi no es un problema en si mismo- son los fundamentos en los cuales nos basamos para considerar a otro un conmilitón, camarada, hermano o compañero... consideración merecida por muchos que no militan bajo nuestra propia bandera, e inmerecida por aquellos que haciéndolo no lo merecen.
"Guardaros de los falsos profetas, que vienen a vosotros vestidos de ovejas, pero que por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos?"
San Mateo 40:7:15-:7:16
Dándole vueltas al tema, me acorde de este pasaje bíblico (más extenso por supuesto) en el cual el Santo Evangelio quiere advertirnos de los falsos profetas, en nuestro caso aquellos que dicen -incluso juran- defender unos valores, una ideología, etc... y luego obran al contrario.
Dejadme ir un poco mas allá, lanzando unas preguntas al aire:
Son camaradas aquellos que llevan su vida -personal y profesional- bajo los valores que nuestra bandera defiende? Son ellos los auténticos conmilitones pese a que no estén bajo esa misma bandera y lo hagan desde una similar, o bandera hermana? Acaso lo son "otros" solo por el mero privilegio de militar bajo una misma bandera?
Bajo mi humilde opinión y corta experiencia, los auténticos conmilitones, hermanos de armas, camaradas al fin... son aquellos que pese a no enarbolar la misma Bandera o haciéndolo -esto da igual-, conducen su existencia bajo el mismo Blasón que yo, que se la juegan por lo mismo, al final tan sencillo como que entienden en su completo significado palabras como: lealtad, honor, carácter, templanza, valentía, fidelidad etc... y obran en consecuencia, demostrándolo con sus actos diarios, no con las palabras huecas en mitines a los que nadie acude, o en barras de bar en las cuales dejan entrever sus miserias -y las de todo "el mundillo"-; y con su quehacer en la vida civil, y no con las reuniones de estrategias a la postre inútiles o cuando menos trasnochadas.
Estas simples cosas son para este tirador, mucho más importantes que el que "Fulano de Tal" o "Mengano de Cual" hagan - o vayan a hacer- esto, o lo otro, o que se vayan a reorganizar para, no se qué objetivo... sea bajo la Bandera en la que yo estoy, he estado y estaré toda la vida, o bajo otra similar.
Sin demostrarnos a nosotros mismos -y después a los demás- en nuestro día a día todo lo que decimos defender, sin ser "auténticos profetas" de nuestro Blasón, basandolo en el ejemplo diario, nada ni nadie servirá de nada...
Eso sí algunos nos iremos de este mundo buscando la Eternidad del Señor, sabiendo que ese Blasón nunca fue ultrajado en nuestra casa.
Hasta pronto.
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